LETRA LL .LEYENDA AFRICANA.
LAS ENSEÑANZAS DEL SEÑOR DE LA LLUVIA.
Vamos a visionar una leyenda africana que transmite un valor y pasa de generación en generación.
En esta leyenda vamos a hablar de la importancia que tiene el agua para vivir y lo importante que es compartir.El agua es de todos ,hay que cuidarla y repartirla entre todos.
Vamos a visionar una leyenda africana que transmite un valor y pasa de generación en generación.
En esta leyenda vamos a hablar de la importancia que tiene el agua para vivir y lo importante que es compartir.El agua es de todos ,hay que cuidarla y repartirla entre todos.
EL ELEFANTE Y LA LLUVIA
Hace mucho tiempo, Elefante y Lluvia eran amigos, pero no muy buenos amigos, porque Elefante era orgulloso y le gustaba discutir. Consideraba que era demasiado importante como para ser amigo de alguien con un cuerpo tan blando y delgado como el de una nube de lluvia.
Exasperado, Lluvia replicó:
-¡Eh, Elefante! ¡Yo soy mayor que tú! ¿Por qué estás siempre insultándome, una vez, y otra y otra?
Elefante se enfadó más todavía y dijo:
-¡Como vas a ser tú mayor que yo¡ Comparado conmigo no eres más que un niño. Mira mi cuerpo. ¡Yo soy grande y fuerte¡
Cansado de tanta jactancia, Lluvia dijo:
-Dices que eres más fuerte y grande que yo, pero te aseguro que puedo hacer más agua que tú.
-Eso no es cierto -gritó Elefante- tu haz tu agua y yo haré la mía, ¡veremos entonces quién es el que llena los aguazales de este mundo¡
-¡Muy bien! -dijo Lluvia- Empieza tu. Haz tu agua y llena los aguazales paraqué yo pueda beber.
Así que Elefante empezó a hacer agua. Orinó y orinó y orinó hasta que se quedó vacío y no pudo hacer una gota más. Llamó a Lluvia y le dijo:
-Ven a ver el agua.
Lluvia fue, sonrió y dijo:
-¿De qué me hablas? ¡No veo ningún agua!
Cuando Elefante miró, no había nada. Toda el agua había penetrado en la tierra sedienta.
-¡Espera y verás cómo lleno todos los aguazales y ríos, para que puedas beber y beber y beber!
Lluvia se marchó y entonces, de pronto, allí estaba otra vez. Descendió con gran estruendo.
Era el inicio de la estación lluviosa y llovió y llovió y llovió toda la noche y todo el día. Los aguazales se llenaron, los ríos empezaron otra vez a discurrir y la tierra toda se cubrió de verde. Elefante no podía creerse lo que veían sus ojos. Corrió hasta el agua. Empleó la trompa.
Mientras sorbía el agua y se la metía en la boca, Lluvia fue a ver lo que hacía Elefante. Lo encontró en el agua, dejando caer chorros por encima de su cuerpo:
-¿Ves ahora que soy lo bastante mayor y fuerte como para ser tu amigo?
–preguntó Lluvia. Pero Elefante se limitó a seguir bebiendo.
Entonces de improviso, Lluvia tronó:
Y golpeó a Elefante en el trasero:
Elefante se sorprendió de tal forma que gritó:
-¡Madre!
Y salió corriendo con el rabo entre las piernas y no volvió a desafiar nunca a Lluvia. Éste es el motivo por el que la piel de los elefantes está arrugada.
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